Anuncio publicitario. Cuaresma 2024 (I)

Cada vez me aburre más lo de los anuncios publicitarios, es muy difícil encontrar algo novedoso en ellos.

A ver qué se puede entresacar del tostón en tiempo de Cuaresma…

Según llega al micrófono, Kiko se lanza a ordenar a todo el mundo que se anime: ¡Ánimo, ánimo, chicos! Quizá es que la audiencia tuviese cara de funeral. Puedo entenderlo, saben que les esperan dos horas de tedio y repeticiones.

A continuación, antes de pasar lista, como el profe con los escolares, aunque ellos lo llaman “presentaciones” – tontería supina, porque si a estas alturas todavía no se conocen entre ellos, mejor que apaguen y se vayan-, Kiko les cuenta a los aburridos chicos un temita menor, porque cualquier cosa que tenga que ver con los religiosos de misa de 12 para ellos es un tema menor. En este caso la fruslería es la audiencia con el Papa…

Kiko dice que estuvieron con el Papa, pero como es tan humilde sucede que no existe noticia de esa audiencia en las páginas vaticanas ni tampoco hay ninguna fotografía que lo atestigüe. Y como el sábado 27 de enero el Papa tuvo una mañanita bastante ajetreada con otros grupos con quienes las reuniones sí han quedado acreditadas con las imágenes pertinentes, quién sabe si no le dio tiempo a sentarse con el triunvirato… ni a sentarse, ni a sacarse una foto con ellos, ni mucho menos a escucharlos. Ya digo, quién sabe si no los recibiría el secretario del Papa; o el sustituto del secretario.

Fuera como fuese, Kiko no va a consentir que los reunidos a su alrededor se depriman aún más, así que les asegura que la audiencia fue bellísima, que el Papa estaba contentísimo, que cantaban los pájaros y se abrían las flores por todos lados.

Porque en puridad, un lugar, un ser o incluso una palabra pueden ser bellísimos, pero una audiencia debería ser edificante, provechosa o rutinaria, según, pero en ningún caso el adjetivo más apropiado es una loa a su belleza, porque no es un cuadro.

Entonces, de la descripción de Kiko el sensible se deduciría que el Papa no les dijo absolutamente nada, no les encargó nada, no les advirtió de nada, no tuvo ningún consejo para ellos, mucho menos les recriminó nada ni les dio órdenes, no lo permita diosito… Tal es la mudez de Francisco que hace como una década que no circulan bulos de que el Papa los anime a hacer lío ni pregunta por Pili Antelo, a la que intentaron presentar como colaboradora destacada de Jorge Mario en Buenos Aires, ni felicita a ninguno por su natalicio… Nada. Absoluta mudez papal.

También pudiera ser que en esa supuesta audiencia sin imágenes el clima no fuera tan cordial y que Kiko escuchase lo que no quiere oír. Eso explicaría el tono y el contenido de la despedida de este rollo de temporada, que ya se revelará en su momento.

Habida cuenta de que tanto el prebi pésimo que se ordenó sin tener fe como la secre están caducados según las directrices papales, que las misiones ad gente no sirven para llevar a nadie a la gran asamblea de la Iglesia o que sobran montones de semivacíos en los que no hay más de media docena de chicos que estudian para imitar a Kiko, la audiencia, si la hubo, pudo ser interesante.

Es lo que se puede suponer a la vista de que en referencia a la presunta audiencia papal Kiko se puso a alardear de cantidades: que hay kikinerantes en no sé cuántas naciones -en jerga neokika no se dice país, se dice nación, del mismo modo que no se dice diablo, se dice demonio-, que hay tantos semivacíos, que la reunión con los kikinerantes de todo el mundo fue un acontecimiento sideral…

Kiko siempre autorreferencial. 

Él jamás va a una audiencia a escuchar al Papa de turno, él va a que el Papa le escuche a él, que es muy sensible.

La única nota reseñable de este temita menor antes de las presentaciones es que la tontería políticamente correcta se le ha pegado a Kiko. Dice: «y vimos, a través de las experiencias de los itinerantes, la fuerza del Espíritu Santo obrando en muchos hermanos y hermanas que estaban lejos de la Iglesia y que están felices de haber encontrado el amor de Dios en Jesucristo».

Mucho me temo que esos hermanos que estaban lejos de la Iglesia sigan igual de lejos. O todavía más.

Y como Kiko no tiene absolutamente nada que contar de la presunta audiencia papal, sigue el rollo de lo importante que es que todos los kikinerantes del mundo entero estén sometidos a él:

«El Señor ya nos había inspirado», porque siempre conviene hacer responsable a Dios de los antojos propios, «que es imposible continuar el Camino Neocatecumenal si no tenemos una espiritualidad fuerte con los itinerantes», es decir, si los kikinerantes no se limitan a ser loritos de repetición, que es lo que se espera de ellos.

«Siempre les hemos preguntado una sola cosa: ¿estás dispuesto a ir a cualquier parte, a cualquier parte?Hemos visto también en esta convivencia una disponibilidad maravillosa en todos». Así pasa lo que pasa: lo único que cuenta para el triunvirato es la obediencia y la renuncia a razonar, y luego resulta que muchos de los auto-nombrados kikinerantes son adictos a la pornografía. Tendrían te implantar un filtro mejor, pero ven a la gente como instrumentos y lo que vale para ellos son las cantidades.

Y además dirán que es diosito quien lo permite y diosito te quiere pecador.