Los signos de los tiempos son duros para el CNC.
Asistentes, mayormente muy adultos, esperando la llegada de los Reyes Magos a la domus Galilea |
Una y otra vez, no se sabe como y por más que el padre Rino vigile, cada vez que invitan al amadísimo pueblo judío a visitar la domus Galilea, se pierde la cruz.
La cruz brilla por su ausencia, pese a la mirada que el padre Rino dirige a donde no está |
Como digo, es algo tan usual que ya ni siquiera es noticia. Lo novedoso de este año y que pone de relieve la dureza de esos signos de los tiempos es que también se han perdido los Reyes Magos.
Imaginaos la situación: el padre Rino que ha cursado invitaciones a cuantos amados hermanos mayores judíos ha podido, la charanga orquestal preparada, la cruz debidamente perdida, las golosinas dispuestas y sus majestades los Reyes Magos que se pierden y no llegan.
Los Reyes Magos adolescentes y sus ofrendas |
Hubo que echar manos de las tortugas ninjas adolescentes mutantes, digo, de unos chicos que pasaban por allí.
El reportaje gráfico llega con un poco de retraso, pero es que no me lo han pasado antes.