He visto en una entrada reciente de Neocatecumenaliuna lista de razones para no entrar en el Camino y he decidido hacer mi propia lista. Aquí está.
Son falsos. Cuando mira alguien de fuera, esconden el candelabro
Razones para no entrar en el CNC
1. No es eficaz. Te venderán que es un camino de salvación, de conversión y que solo los que se convierten pueden ser felices. Es mentira, porque el único camino es Cristo. En el CNC, por más años que pasen, más metacrilato que calienten, más sillas que vuelen y más bolsas y bolsas que llenen, no pueden dejar de ser malos e injustos, incapaces de amar y de pasar al otro.
2. Dios es misericordia, pero el CNC es todo lo contrario. Te enseñarán que el otro -que es Cristo- es tu enemigo, que te destruye, que es imposible que lo ames, así que no pierdas el tiempo y no lo intentes siquiera. Esta máxima se aplica en primer lugar a los más próximos: tu cónyuge se convertirá en tu enemigo a muerte, tu familia será tu enemigo, todos los demás, también enemigos. Esta es la antropología del Camino.
3. La fe no se puede comprar con dinero. Pero ellos te engañarán con la mentira de que si no das el diezmo no tienes fe a tal punto que si no das el diezmo, no podrás avanzar en el camino que no lleva a ningún lado.
4. El CNC pone en riesgo el matrimonio. Si todo va bien entre los cónyuges, se les dirá que lo que pasa es que están alienados, que no toman su vida en peso o que tienen un demonio mudo, no dejarán de presionar para que los implicados aireen detalles íntimos y morbosos de su matrimonio. La crisis de pareja está garantizada en el Camino, no quieren parejas fuertes, quieren parejas débiles que necesiten apoyarse en la comunidad, sin advertir que ese es un apéndice del mismo monstruo que las ha herido.
Meten su pésimo gusto estetikiko hasta en la sopa
5. Tendrás que crucificar la razón. Sin razón no hay fe, pero pensar y cuestionar es pecado grave en el Camino, por lo que si preguntas demasiado y pones a los lorokistas en algún brete te tildarán de listillo, como Judas, que era el más listo de los discípulos, me dijeron a mí, y vaticinarán con su bola de cristal que diosito aborrece a los inteligentes y se muestra a los humildes. Una falacia, porque la inteligencia no es contraria a la humildad, pero la falsedad sí es opuesta a la verdad.
6. Son mentirosos como su padre. Se presentarán con la pomposa declaración de que hablan en nombre de la Iglesia, enviados por el obispo y que lo que ellos dicen no lo dicen por su cuenta, sino por cuenta de otros. Lo tercero es la única verdad, puesto que son lorokistas y solo repiten los dichos de su Moisés (unos pézzimos dichos).
7. No predican la doctrina de la Iglesia. No adoran a Dios, sino al kikismo; no aman, porque no está en sus fuerzas; no respetan al diferente, sino que lo desprecian; tienen prohibida la paternidad responsable; la mentira no se aparta de ellos; no son Iglesia, pero se sirven de medios de la Iglesia siempre que pueden.
8. Su gusto estético es horrible. Y tratarán de que tu casa se convierta en una sucursal de tan lamentable estilo decorativo, te harán adquirir kikonos, cirios, cruces, palmas y hasta alguna yeshivá para que tu casa, tu coche e incluso tus camisetas luzcan kikotizadas.
Son idólatras. Aprendices de presbikiko llevados a pedir milagritos a la depresiva de categoría superior
9. El Camino es lo primero… y lo segundo y lo tercero y lo único. Interferirán en tus aficiones y grupos de amigos, declararán anatema todo aquello que para ti sea importante y te reste tiempo para el CNC. Y cuanto lleguen los segundos estropicios, te dirán que elijas entre ser libre o adorar a la bestia CNC, aunque ellos lo presentarán exactamente al contrario, porque son mentirosos como su padre.
10. Dejarás de ser tú mismo, pero no en sentido positivo. El CNC no libera, no conduce a la fe ni a la conversión ni a la felicidad, su objetivo es hacer de ti un clon que reacciona ante los estímulos, como el perro de Pavlov. Tu cabeza quedará llena de mantras, respuestas-tipo para situaciones-tipos que saltarán de forma automática, sin que tengas que pensar. Te perderás a ti mismo.